Egaña bajo el film es el proyecto resultante de un proceso de investigación en torno a la (re)presentación del uso de métodos de barrera en las prácticas no heteronormativas a las que da visibilidad el postporno.

-¿Por qué el postporno?- La producción de imaginario pornográfico mainstream apenas da cabida a estas prácticas, es por esto que nos es insuficiente con el discurso oficial articulado en torno al porno hegemónico. Nos interesa especialmente el proyecto postpornográfico por trabajar desde la transversalidad de opresiones que atraviesan a los cuerpos y desde la potencialidad de las prácticas sexuales como ejercicio desnaturalizante y constructor de nuevas prácticas, identidades, corporalidades, expresiones, afectos, etc. Si bien el postporno no tiene definición cerrada posible, entendemos que su razón de ser atiende a un interés contravisual. Es por esto que, habiendo invisibilizado el imaginario convencional tanto las prácticas no heteronormativas como los métodos de barrera empleados en éstas, creemos que es acertado revisar este contraimaginario en busca de un imaginario que dé respuesta a nuestro interés.

La razón de haber escogido una página web al estilo hyperlink como soporte visual de este proyecto reside en la intención de crear un paralelismo con la estructura de consumo de postporno. Si bien éste es producido y consumido a través de diferentes canales, el más extendido y accesible es el canal virtual (blogs, páginas web, vídeos públicos, fotografías, etc). De esta forma, y gracias a la voluntad de difusión de lxs artistxs y productorxs de este material, se genera un gran hyperlink de enlaces que nos llevan de unxs a otrxs. Así, nos interesa el formato hyperlink por la relación que establece con la realidad, por su sentido democrático de expansión de información y por la poética que se construye al poder hilar unas informaciones con otras según la voluntad de la persona interesada.

Nuestro recorrido a través de las coordenadas teóricas que planteamos está estratégicamente realizado, de alguna forma, paralelamente al trabajo de Lucía Egaña. Esto es debido al interés que compartimos por trabajar con lo silenciado, visibilizar lo escondido: generar conciencia de vulnerabilidad potencial para dar lugar a sujetos políticos. Una referencia de este tipo a la metodología postpornográfica -si es que podemos hablar en estos términos, pues ante todo escapa de devenir disciplina- subraya ante todo su razón de ser. No se trata, entonces, de una crítica, sino de una dilatación del objeto de trabajo; de una ampliación de la denuncia al régimen visual. Es de esta forma que nuestra modesta aportación persigue, al igual que Egaña, ampliar nuestro conocimiento en cuanto a los márgenes que genera la acotada mirada de la sexualidad oficial. Así, nuestro guiño a Egaña -un personaje importante en la escena postporno próxima a nosotrxs- no reside tan sólo en encuentros metodológicos y teóricos, sino que hemos querido llevarlo más allá y dar al resultado la estética de algunos de sus trabajos. Es por esto que la poética que acompaña al recorrido web de nuestro proyecto -acabado precario, material de apropiación, imágenes no necesariamente HD- tiene origen en una interpretación DIY de la estética que Egaña genera con sus collages. ¿Qué mejor metáfora del postporno que la del collage?

El hecho de haber sustraído del conjunto de discursos y prácticas postporno un interés y punto de mira en los métodos de barrera es debido a la ausencia de imagen -como sabemos, en este capitalismo cognitivo en que vivimos “lo que no se ve no existe”- y de presencia que a éstos corresponde. Coincidimos con el análisis que da lugar al postporno según el cual el régimen representacional rige el nivel de realidad de cada cosa según la visibilidad que ocupa en la imagosfera. Así, encontramos un enorme vacío en algo tan esencial como la opción a prácticas sin riesgo para algunas personas. Entendiendo que de ninguna forma quedaríamos satisfechxs con la visualidad convencional, nuestro objeto de investigación ha ido en la dirección opuesta.

La accesibilidad a la información en relación a las prácticas no heteronormativas es reducida, así como a los riesgos de contagio y métodos de prevención de ETS a través de éstas. Si bien el imaginario pertinente a la sexualidad oficial construye un retrato concreto de los cuerpos y las prácticas a modo de propaganda biopolítica, el postporno constituye el proyecto de ampliar el imaginario y deconstruir el relato oficial. Así, no pretende generar ninguna información más válida que otras -ningún dispositivo validador-, sino aportar una contravisualidad crítica -ampliar el “acuerdo de sentido” sobre cuyos valores descansa la producción pornográfica mainstream-. Sin embargo, ¿está la problemática concerniente a las ETS y los métodos de barrera suficientemente visibilizada? (Pongamos un ejemplo: ¿son realmente eficientes los métodos de barrera utilizados en el sexo “lésbico” que podemos visualizar en las producciones postpornográficas?)

Hemos creído necesario incluir dentro de nuestra investigación un breve recorrido a través de las referencias que diversxs artistas y performers suponen para una ojeada crítica a la problemática de los métodos de barrera. Creemos que es imprescindible contar con el trabajo realizado en torno a las luchas antisida, que a su vez han buscado la visibilidad y la desestigmatización, mientras han utilizado la metáfora de la barrera desde diferentes ópticas y simbolismos. Hunter Reynolds, Andrew Mcphail, Eli Neira o Franko B. son algunos ejemplos de artistas que, a partir de los 90, trabajan alrededor del tema del SIDA, ampliando o rebatiendo el enfoque con el que los medios han abordado esta problemática. Los artistas que hemos elegido recurren de una u otra forma a la idea de barrera, ya sea a través de su presencia o de su ausencia. Esta barrera es entendida, en el contexto de la obra de estxs artistas, no como un elemento de protección en las relaciones sexuales, sino más bien como algo impuesto y estigmatizante, como una prueba del rechazo social que recibían y reciben las personas seropositivas (y por extensión todo el colectivo homosexual). Para destacar esta forma de entender la barrera hemos añadido un documento fotográfico en el que se puede ver cómo los agentes encargados de disolver los actos de protesta de activistas homosexuales en los 90 iban equipados con guantes.